Bienvenidos

Un cordial saludo.
Es una agradable experiencia el poder compartir con ustedes este Blog, espero sea de gran ayuda en el campo de la Educación Ambiental. Muchos de los datos presentados corresponden a varios aspectos relevantes de la isla de Puerto Rico. La patria que me vio crecer y en la que contribuyo a su bienestar a través de mi profesión y mi colaboración como ser humano por una mejor calidad de vida.
Diana Vega Ruiz, Ed. D.

jueves, 3 de noviembre de 2011

La educación ambiental desde la perspectiva

de Paulo Freire

Revista Krónicas

agosto 2011

Universidad Interamericana de Puerto Rico
Recinto de Arecibo

Ante una agenda de cambios sociales, económicos, políticos y tecnológicos, que aluden a nuevas estrategias en la educación, es preciso identificar una educación ambiental en los escenarios académicos, que responda a estas necesidades. Estas demandas propician una visión de concienciación y de transformación a través de la toma de acción en la búsqueda de soluciones atemperadas a nuestros tiempos con el propósito de proteger la herencia de nuestro entorno de problemas de calentamiento global, contaminación de aire, agua y suelo, la pérdida de los bosques ante la deforestación desmedida y la extinción de las especies de flora y fauna, en tiempo presente y para las futuras generaciones. Surge entonces la presentación de procesos deductivos de aspecto ambiental a través de un pensamiento divergente de concienciación, investigación, transformación y de acción como parte de la naturaleza humana del individuo en su entorno ecológico a través de la educación ambiental.
Para Freire (2002b) el entorno es parte del individuo y el individuo es parte de su entorno, por lo cual es el responsable de transformarlo. Debemos conocer las inclemencias de los ecosistemas de nuestro entorno, de una manera particular, significativa y responsable. La ignorancia lleva al hombre a la falta de compromiso social, a lo que Freire (2004) planteó que este compromiso surge de un diálogo eterno del hombre con el hombre; del hombre con el mundo y del hombre con su Creador. El conocer requiere que el individuo se adentre en sus entrañas, que lo estudie, que se disfrute y reconozca los cambios a los que está expuesto para su beneficio. Es entender la relación existente entre los miembros de la familia y la sociedad, el individuo y su entorno natural. Freire (2000) plantea que no hay educación sin contexto (yo y mi comunidad, yo y mi pueblo, yo y mi país, yo y el mundo). Es entonces que Freire (2002b) establece la urgencia del desarrollo de una conciencia crítica que permita al hombre transformar la realidad y propiciar la conciencia reflejada dirigida hacia el mundo que se conoce, el más cercano, su comunidad, su vecindario.
Para Freire (1976) la conciencia reflejada o concienciación surge a través de la autoreflexión sobre el tiempo y el espacio del individuo, es el hombre en el mundo y con el mundo, es la transformación de la realidad, basada en una verdadera comprensión de su proceso, de sus problemas y de los efectos nocivos al ambiente y a las generaciones presentes y futuras. Freire (1980) plantea que el método de concienciación procura dar al hombre la oportunidad de redescubrirse mientras asume reflexivamente el propio proceso en que él se va descubriendo, al manifestarse y configurando los conocimientos adquiridos. También afirma Freire (1976) que la educación posibilita al hombre para la discusión de su problemática, que lo advierta de los peligros de su tiempo, para que consciente de ellos, gane la fuerza y el valor para luchar. Es entonces que a través del proceso de diálogo constante, predispone al individuo a constantes revisiones y análisis críticos de sus descubrimientos y a una cierta rebeldía que le hace pasar por un proceso de investigación; oyendo y preguntando. También Freire (2002c) expone que el pensar dialécticamente, es saber pensar a través de la atención a los contenidos y sus relaciones. Lo que resulta ser un proceso en movimiento como resultado de la problemática que se presenta constantemente en el entorno y en la búsqueda de soluciones efectivas, ante la alteración del hombre al ambiente.
Freire (1980) propició el que los educandos fueran conscientes de la problemática de su entorno, aspirando a que se convirtieran en transformadores críticos. De esta manera planteó que la alfabetización libera al hombre, al adquirir unos conocimientos y al saber lo que ocurre a su alrededor. Para Freire (1980) el método no enseña a repetir mecánicamente palabras, sino que coloca al individuo en condiciones de replantearse críticamente las palabras de su mundo, para en su momento debido saber y poder decir su palabra y asumir conscientemente su condición humana. De esta manera, una educación liberadora crea las condiciones para que todos seamos actores activos en la transformación individual y social ecoamigable. Además, planteó Freire (1980) que la liberación que logre humanizar al hombre, será fruto del esfuerzo humano por lograrla. Los hombres no pueden estar aislados de la realidad de su entorno, ni la realidad separada de los hombres, ésta es una relación mutua e interdependiente. La conciencia emerge del mundo vivido, lo hace objetivo, lo problematiza y lo comprende como un proyecto humano. Concluye Freire (1980) que la concienciación transforma al individuo.
El hombre responde a los desafíos que el mundo le va presentando y con ello, lo va cambiando, transformando, dotándolo de su propio espíritu, basado entonces en la praxis concreta y transformadora de la realidad. Es la educación que brota de la práctica, en el que el hombre transforma el mundo en que vive y con el que vive. Freire (1980) afirma que el hombre no se libera solo, sino en comunión con los demás, mediante la unión de muchos por mejorar el entorno, el ambiente. Es entonces que se propicia la acción social ante la problemática ambiental existente, a través de manifestaciones presenciales e impresas para dejar saber su descontento ante los atropellos al ambiente. La preocupación de muchos genera esfuerzos para la toma de acción en la búsqueda de alternativas y de prácticas positivas de otros. Es por esta razón que se puede vincular los postulados de Freire de educación y concienciación con el tema de la conciencia ambiental transformadora.
La pedagogía de Paulo Freire (2002c) sostiene que aprender es conocer, pero basada en una permanente coherencia educativa. Lo que ocurre a través de cambios de paradigmas y esquemas ante las necesidades que nos circundan. La educación para Freire (2002b) tiene una tarea gigantesca al tener que redirigir la práctica educativa hacia el logro de una democracia auténtica donde los hombres no sean objetivos pasivos, sino sujetos activos. Pero esta acción no es sólo conducta, sino es la praxis que se refiere a la acción reflexiva al lograr la conciencia crítica, a través de la educación y los conocimientos (Freire, 1980).
Señaló Freire (1980) que la educación verdadera es praxis, reflexión y acción del hombre sobre el mundo para transformarlo. Es decir, la capacidad del ser humano para lograr construir individual y colectivamente una realidad social diferente, racional y liberadora es lo esencial para la transformación de los valores y creencias existentes. Por tal motivo Freire (1980), mencionó que a través de la liberación, nadie educa a nadie, nadie se educa solo y que los hombres se educan entre sí, mediatizados por el mundo. Sin embargo, Freire (1980) planteó que un círculo de cultura es un diálogo vivo y creador, en el que todos saben algo e ignoran algo y buscan juntos saber más. De esta manera surge una interacción de ideas, de conocimientos y de experiencias, al desarrollar destrezas de convivencia social, de pensamiento crítico y reflexivo que produce transformaciones sociales.
El proceso de enseñar, implica el proceso de educar que para Freire (2002a) consiste en el componente de la pasión de conocer, que converge en una búsqueda placentera del saber, por lo cual la imaginación ayuda de una manera particular a la curiosidad y al aprendizaje por descubrimiento. En lo que resulta ser un proceso de una aventura académica que exige riesgos, tanto del educador como del educando, ante un mundo desconocido del saber. El docente o maestro para Freire (2002a) se describe como aquel que también es aprendiz y a la vez exigente con su labor, su función y su compromiso social. Es el docente el que exige seriedad, preparación científica, preparación física, emocional y afectiva. Es el maestro el responsable de facilitar las experiencias enriquecedoras para llevar a cabo los procesos de aprendizaje en ambientes efectivos, reflexivos, críticos y creativos. Es el maestro, según Freire (2002b) es quien actúa como ente de cambio primordial y quien le corresponde intentar colaborar en la construcción de una sociedad más humana. Freire (2002b) señala que el currículo no debe estar desconectado del entorno del estudiante y centrado en palabras sin sentido. Debe ser uno significativo, que llame la atención, la reflexión y a la acción. Los educadores tenemos las herramientas para la toma de decisiones y propiciar a esa acción que reclama Freire a través de la reflexión crítica. Contamos con la innovación, la creatividad y la investigación para descubrir las oportunidades que demuestran el compromiso de actuar por un bien en común.
Freire (2002c) consideró de gran validez en la enseñanza liberadora al maestro que en su exposición de un tema, inmediatamente integra la participación de sus estudiantes en el análisis de esa exposición. Por este medio, el maestro desafía a los estudiantes en un proceso cuestionable y de profundidad entre ellos. También describe aquel maestro que trata en una relación de profundo respeto e incluso afectuosa un tema del curso de un autor haciéndole cuestionable y crítico. Son los estudiantes entonces los que tienen que crear y desarrollar la capacidad crítica de acompañar el movimiento que el maestro haga de su aproximación al tema. Concluyó Freire (2002c) que una de las tareas del educador a través del análisis serio y correcto, es descubrir las posibilidades, cualesquiera que sean los obstáculos. Consideró que desafiar a los educandos en relación con lo que les parece su acierto es un deber del educador progresista.
Los procesos y las prácticas educativas para Freire (2004) convergen en la educación ambiental a través de la práctica social en los procesos educativos, que puede ser transformado por nuestras acciones. Lo que propicia alteraciones en la organización y la práctica, un aprendizaje activo en el cual los participantes sean parte del proceso de aprender. Estudiantes con autonomía, libertad para decidir en sus programas académicos y que desean estudiar, pueden ser los personajes activos de ese entorno natural. Una educación práctica basada en estrategias de aprendizaje significativas en la educación ambiental, para la toma de acción correspondiente. Esta acción esperada puede presentarse a través de proyectos de investigación de su entorno ecológico, presentación de hallazgos, ecosistemas como laboratorios ecológicos, la redacción creativa con enfoques en la literatura y las artes, el uso de las redes sociales y páginas informativas electrónicas para diseminar su sentir, exponer sus puntos de vista y presentar sus reflexiones en la búsqueda de acciones positivas a favor del ambiente. También se puede hacer uso de estrategias como el debate, conversatorios, paneles, simposios, congresos, seminarios, simulaciones, sociodramas, estudios de caso, juegos, viajes de campo, intervenciones en procesos comunitarios, campañas de reciclaje, reforestación, limpieza de bosques y de cuerpos de agua, diseño y elaboración de materiales de expresión como videos, periódico mural, cruzacalles, dioramas, fotograma y fotopalabras, como respuesta al desarrollo del pensamiento crítico y creativo como individuo que entiende, conoce y actúa por su entorno natural, a través de la educación ambiental.
Nuevos conocimientos producto de la experiencia de campo y la necesidad pedagógica ante la problematización hacen que Freire (1980) recomiende a los educadores, que antes de proporcionar a los alumnos un dato o una información, se plantee un problema que lo requiera. Considera Freire (1980) que no hay un proceso de conocimiento, si no existe la problematización; lo que propicia el intento de conocer al surgir dudas y preguntas. Es entonces que los educadores utilizan entre sus herramientas pedagógicas la motivación intrínseca y extrínseca para iniciar el proceso de enseñanza y de aprendizaje en el escenario académico.
La solución metodológica consiste en crear las condiciones que permitan motivar a los estudiantes, en ambientes de aprendizaje efectivos e innovadores. De esta manera estos tienen que ser problematizados para retarlos a conocer, investigar, descubrir y tomar acción. La finalidad de estas experiencias estriba en desarrollar sensibilidad, respeto, responsabilidad y compromiso cívico con nuestro entorno ecológico.
Para Freire (2002a) los educadores estudiamos, aprendemos, enseñamos y conocemos con nuestro cuerpo entero; con los sentimientos, con las emociones, con los deseos, con los miedos, con las dudas, con la pasión y también con la razón crítica. Ante la crisis educativa tradicional existente los educadores debemos revisar nuestra metodología de enseñanza y de aprendizaje. Tenemos la necesidad de partir de los conocimientos previos de nuestros estudiantes sobre su entorno, sus problemas y sus atributos, para propiciar el enlace y atemperarlos a los conocimientos de nueva creación. Que el estudiante tenga la oportunidad de explorar, descubrir, analizar evaluar y sobre todo de exponer a través del pensamiento crítico y creativo en un ambiente innovador de educación. Concluye Freire (2002c) en que no hay cambio sin sueño, como no hay sueño sin esperanza. La esperanza del cambio se encuentra en las manos de cada educador, de cada maestro en el proceso de llevar la educación ambiental de una manera significativa, atractiva y diferente en el currículo y escenario educativo.

Referencias
Freire, P. (1976). La educación como práctica de la libertad. (17a. ed.). Siglo XXI
Argentina: Editores, S.A.
Freire, P. (1980). Pedagogía del oprimido. Argentina: Siglo XXI Editores, S.A.
Friere, P. (2002a). Cartas a quien pretende enseñar. Argentina: Siglo XXI Editores, S.A.
Freire, P. (2002b). Educación y cambio. (5a. ed.). Argentina: Editorial Búsqueda
de Ayllu.
Freire, P. (2002c). Pedagogía de la esperanza: Un reencuentro con la pedagogía del
oprimido. Argentina: Siglo XXI Editores, S.A.
Freire, P. (2004). La educación como práctica de la libertad. Argentina: Siglo XXI
Editores, S.A.
Universidad de Puerto Rico. (2000). Globalización, pensamiento crítico y pedagogía de la
Liberación: Actas del 10mo. Encuentro nacional de educación y pensamiento. VII.
Puerto Rico: Proyecto para el desarrollo de destrezas de pensamiento.

No hay comentarios: